Un enjambre de micrófonos casi no permitía verle la cara. "Sigo", dijo Miguel Ángel Brindisi con tono fuerte a ese grupo de periodistas ansiosos por escuchar lo que supuestamente era el desenlace de un ciclo. "Soy conciente de que todo lo que venimos haciendo merece un análisis", reconoció el entrenador.
Brindisi sabe que necesita dar explicaciones. El "rojo", que está obligado a ser protagonistas del certamen, sigue penando en el fondo de la tabla. Ya jugó cuatro partidos en el certamen, perdió dos y empató los restantes. Pese que aún falta muchísimo, es demasiado poco para un equipo que tienen la obligación de ascender. Y si bien es cierto que Brindisi no habló de dar un paso al costado, todo parece indicar que en las próximas horas o días mantendrá una charla con Javier Cantero, presidente del club, para analizar el presente. Y si continúa dirigiendo el equipo, deberá charlar con los referentes del plantel para saber qué está pasando.
"Tenemos que hacer una profunda autocrítica e incluso ver si estamos jugando como lo exige la categoría", destacó el entrenador que no quiso decir ni una palabra de lo que le dijo Cantero cuando ingresó -con cara de muy pocos amigos- al vestuario una vez que finalizó el encuentro.
"Cuando no hay resultados positivo todo es muy feo", admitió el entrenador que utilizo la palabra "sigo" por lo menos 10 veces para revelar que no está dispuesto a renunciar, salvo que los directivos se lo pidan.
Esta será una semana complicada en una parte de Avellaneda. Si Brindisi continúa dirigiendo el equipo, su crédito durará hasta el próximo fin de semana cuando reciba en casa a Independiente Rivadavia, otro que viene de mal en peor.